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Letizia antes de pegar el braguetazo

Y van dos. Puede tener los que quiera, que para eso está, para parir cual Britney Spears, en plan coneja, a niño cada nueve meses. No tiene otra cosa que hacer. Y claro, ahora el revuelo con la sucesión, pues mire usted, me importa tres pepinos. Me hace gracia que se hable de discriminación a Leonor si al final no puede reinar y lo hace un futuro hermano-con-o. Claro, esa niña va a vivir una vida de penurias y tristezas, y llevará esa vida sólo por ser hija de sus padres, es lo más injusto del mundo.
Nunca he entendido bien la monarquía. Es como si ahora hubiera un faraón en Egipto. Vamos también a mantener otras cosas del pasado, como la inquisición, eso que tanto le gustaba a los ídolos de Aznar.
Yo no tengo nada en contra de las personas en sí, porque a mí los reyes & family no me han hecho nada (ni a mí ni a nadie, porque no hacen NADA). Yo estoy en contra de la monarquía aquí y en todos los países, es algo que sólo sirve para vaciar las arcas de nuestro estado y para que haya alguien que inaugure, visite o mencione cualquier cosa digna de inaugurar, visitar o mencionar, por eso, claro, Juanca se olvida de mencionar a los más de cuatro millones de homosexuales del país en cada discurso de navidad, no seremos dignos.
Tampoco entiendo los que se empeñan en defender la figura de los reyes en el pasado, para justificar su presencia en el presente. La relevancia en el pasado es discutible en más de un momento de la historia y sobre todo hablando de más de un monarca, pero aunque su figura hubiese sido importantísima, hoy pintan menos que un pulpo en un garaje.
Ahora saldrá mas un listo y más de una lista diciendo que el rey es un gran mediador y que sin su imprescindible figura estaríamos sumidos en el caos político (como si no lo estuviéramos) y que sabe muy bien que es lo mejor para todos. Claro, cuando tienes a cientos de personas que te dicen qué decir y qué callar, debe ser muy duro esto de mediar.
Sigamos ahora, con algo que no me explico. Y es que una mujer moderna, estupenda, atea, liberal… lo deje todo para meterse a princesa. Le sienta estar allí como a un cristo dos pistolas. Letizia no está a gusto. Se le nota. Creo que no lo pasa bien, que hizo el cuento de la lechera con eso de ser princesa, y el cuento la está asfixiando.
Las caras de circunstancia que pone en sus actos públicos son un poema. Me la imagino pensando, mientras está en cualquier misa al lado de Roucco Varela: “Manda cojones lo que tengo que hacer para vivir del cuento”.
Tampoco le debe hacer mucha gracia saber que cualquier comentario suyo revoluciona al país entero (es que Letizia es una fulana muy lista) y que lo único que se comenta es el nacimiento de su segundo bebé, sabiéndose un mero coño para expulsar futuros debates con patas, que importa una mierda como se sienta ella, si se encuentra mal la critican por no ir a sus actos oficiales, si está delgada dicen que es anoréxica…
Pues chica, que te jodan, no haberte casado con Felipito.

Letizia desquiciada después de pegar el braguetazo